miércoles, enero 19, 2005

¿Y así quiere ser presidente?

Segundos Pisos

Ezra Shabot

Sin duda que éste es un país de ocurrencias. La planeación de cualquier proyecto termina por convertirlo en algo que se queda en el papel y difícilmente puede ponerse en práctica debido a la gran cantidad de obstáculos reales e imaginarios que se atraviesan en el camino. Por lo tanto es mejor funcionar a partir de ideas brillantes que de momento aparecen en las mentes de políticos iluminados, y terminan por convertirse en realidades a cargo de contribuyentes cautivos sin voz ni voto. Así, mientras una de las prioridades en la capital del país sigue siendo el transporte público en sus diversas modalidades, una ocurrencia llevada ante el jefe de Gobierno se convirtió en "el proyecto del sexenio".

De esta forma, cuando un grupo de desarrolladores quiso congraciarse con López Obrador por su apoyo brindado en la expansión de sus negocios, le propuso la idea de un segundo piso en el Periférico, en un proyecto totalmente clasista, destinado a beneficiar a los poseedores de automóviles y no a la población mayoritaria de la ciudad. La ocurrencia llevó a la creación de un fideicomiso cuyo funcionamiento se desconoce, y que movió millones de pesos para construir una alternativa que pronto será obsoleta. Como todo político en campaña, lo importante era encontrar una obra que luciera, y de la cual pudiera presumir ante los medios, y ésa era el segundo piso.

Cuando lo imprescindible en la ciudad es un transporte público eficiente que pudiese sustituir a las combis y peseras que contaminan y representan una amenaza para la seguridad de todos, y en donde la ampliación del Metro es indispensable para ello, el segundo piso se convirtió en símbolo de una administración que lucha porque los videos y la corrupción reinante en sus distintas áreas sean olvidados gracias a obras monumentales destinadas a mejorar parcialmente la vialidad. Mientras en Estados Unidos y Europa los segundos pisos son derribados y sustituidos por pasos a desnivel, con la intención de darles una mejor fisonomía a las ciudades, al mismo tiempo que se mejora sustancialmente el tráfico de vehículos, en la capital del país un proyecto político-empresarial termina por darle un empujón más a una ciudad desquiciada por la falta de planeación y las ocurrencias sexenales.

Y a los segundos pisos les siguen también segundos discursos. Por un lado se sigue hablando de la honestidad de un gobierno hundido en una red de corrupción e ineptitud, y por otra parte se asume que este fenómeno no tiene nada que ver con la figura de Andrés Manuel. Ya sea por tener conocimiento de estos hechos, o por omisión o negligencia, el jefe de Gobierno es responsable de estos abusos. Si el proyecto alternativo de nación que viene presentando por todo el país es semejante a la forma de gobernar el Distrito Federal, en donde la falta de transparencia es la constante, entonces estamos muy lejos de ver en él a la alternativa al gobierno foxista.

Y si el fracasado programa de reemplacamiento no fuera suficiente para entender el grado de ineptitud de las autoridades capitalinas, entonces habría que mirar los recibos de impuesto predial que llegan a las casas con aumentos de 40 a 50 por ciento, en espera de que un buen número de capitalinos no reclame, para poder financiar así el escandaloso gasto y endeudamiento de un gobierno sin disciplina financiera y mucho menos transparencia en sus arcas. La idea de que cualquier crítica que se haga representa un intento de sacar a López Obrador de la carrera presidencial, es sólo parte de un discurso autoritario que pretende justificar la incapacidad política y administrativa, sin tener que rendir cuentas por ello.

El hecho de que la popularidad del jefe de Gobierno se encuentre alta, a pesar de sus descalabros, no puede ser argumento para sostener que es ilegítimo ejercer el derecho de crítica porque esto representa ser parte del complot orquestado por sus enemigos, debido precisamente a su alto grado de aprobación. Son éstas las razones que esgrimen los autócratas como Chávez en Venezuela para intentar silenciar a la oposición. Además, la carrera presidencial apenas comienza, y pronto veremos movimientos bruscos a la alta y a la baja en las preferencias electorales de la ciudadanía.

La urgencia de Andrés Manuel por inaugurar el segundo piso, esté terminado o no, se basa únicamente en el temor que le causa el posible desafuero que podría inhabilitarlo como candidato a la Presidencia. En este caso, otro sería el beneficiario de esta cuestionada obra, e incluso el peso político de la misma se podría desvanecer en medio de la tormenta que el desafuero provocaría. Los propios partidarios de Cuauhtémoc Cárdenas en el PRD piensan seriamente en la forma de evitar una candidatura como la de López Obrador, basada en alianzas con los "bejaranistas" y sectores afines a esta tendencia, los cuales ya han postulado a Martí Batres como su candidato a la jefatura de Gobierno capitalina.

El segundo piso del periférico es no sólo producto de la ocurrencia de políticos y constructores, sino también de un aspirante a la Presidencia incapaz de mirar hacia abajo y observar el grado de descomposición de su estructura de gobierno. Y así quiere ser presidente de la República.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

recomiendo esta página también con muchos artículos de interés para desenmascarar al mártir de la Macuspana:
www.populismo.wbs10.com

2:39 p.m.  

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